En mitad del océano Atlántico, entre la Corriente del Golfo y la corriente ecuatorial, existe una enorme extensión de aguas muy transparentes conocida como Mar de los Sargazos, en la que se desarrolla un tipo de alga conocida como este mismo nombre y que hace molesta la navegación por la gran densidad de ellas, aunque no llega a ser capaz de detener a un barco.
Las algas flotan en mitad de la mar alejadas de cualquier tierra y corriente que las pudiera alimentar y forman un nicho de vida sobre las profundas y desiertas aguas en que flotan. Entre los sargazos se desarrollan otras formas de vida como pequeñas gambas, pulpos o cangrejos, y en esta agua se dan cita las anguilas de todos los rincones del mundo a donde viene para reproducirse y morir todos los años.
Algas:
Cangrejo:
Camarón:
Pez del Sargazo:
En la parte noroccidental del Atlántico existe un extraño mar de aguas tranquilas, no limitado por tierra alguna. Esta masa ovalada de agua, que ocupa una superficie equivalente a dos tercios de la extensión de los EE.UU., gira en torno a las islas Bermudas, cuyas magníficas playas son la única tierra que bañan las aguas del mar de los Sargazos. El mar de los Sargazos se encuentra rodeado por importantes corrientes oceánicas: la corriente del Golfo por el norte, y las corrientes que circulan hacia el oeste a lo largo del trópico de Cáncer, por el sur.
Las fuerzas de rotación de las corrientes circundantes hacen que el nivel en el centro del mar de los Sargazos sea casi un metro más alto que el de las aguas del Atlántico que lo rodean.
Este acorralamiento da como resultado un sistema de aguas superficiales relativamente cálidas que gira lentamente, en el sentido de las agujas del reloj, sobre las aguas profundas del océano, mucho más frías y densas. Esta estratificación del agua por densidades, provocada por la diferencia de temperatura, tiene importantes consecuencias ecológicas. En las aguas superficiales, donde llega la luz, abunda el plancton vegetal, que consume sales como los fosfatos y nitratos.
Plancton Vegetal:
Debido a la diferencia de densidad, el agua de la superficie apenas se mezcla con el agua fría y rica en minerales de las capas inferiores, que podría reponer las sales consumidas. Por esta razón, en las regiones superiores del mar de los Sargazos apenas existe vida animal, y carecería de interés biológico si no fuera por el alga que le da el nombre, el sargazo, que forma grandes campos, rebosantes de organismos marinos.
El mar de los Sargazos se caracteriza por dos fenómenos biológicos: las algas Sargassum natans y las anguilas, que cada año regresan a esta zona del Atlántico en grandes cantidades. En los siglos XVIII y XIX, los seres humanos se preguntaban por qué no se encontraban crías de anguilas en las aguas de Europa y América. Este enigma fue finalmente resuelto por un biólogo danés a principios del siglo XX. La respuesta: el mar de los Sargazos.
Cría de Anguila:
Cuando alcanzan unos 10 años de edad, las anguilas de agua dulce emigran desde las aguas de Europa y América hasta el mar de los Sargazos. Allí se aparean y luego las hembras desovan en las cálidas aguas, con temperaturas superiores a los 20° C; cada animal deposita unos 20 millones de huevos. Tras el desove, las hembras mueren. Los huevos se transforman en pequeñas crías de anguila, casi transparentes, que se alimentan de plancton. El remolino oceánico del mar de los Sargazos transporta consigo a las pequeñas anguilas durante unos tres años. Cuando alcanzan un tamaño de unos 8 centímetros, comienzan su viaje hacia los continentes y se reúnen en grandes cantidades en las desembocaduras de los ríos para iniciar su migración contracorriente.
Anguila:
Parece que fueron los navegantes portugueses quienes pusieron el nombre al alga y al mar. El sargazo es un alga que forma grandes conjuntos enmarañados, que se mantienen a flote por medio de vejigas llenas de gas, y se extienden hasta el horizonte.
Con frecuencia, los barcos portugueses se veían frenados por las algas, e incluso llegaban a quedar atascados en ellas, lo que daba a las tripulaciones tiempo de sobra para estudiar la planta. Como procedían de un país donde abundan las vides, los conjuntos de vejigas de gas les parecieron racimos de uvas de una variedad denominada sargazo. Así fue como el mar de los Sargazos adquirió su nombre.
El sargazo desciende de un tipo de algas que suelen crecer adheridas a las rocas cercanas a la costa, pero se ha adaptado por completo a la vida pelágica, y ahora flota en las capas superiores del océano. Dos factores le permiten permanecer en alta mar y reproducirse: las corrientes lentas que circulan alrededor del mar de los Sargazos mantienen dentro de éste la mayor parte de las algas; y además el sargazo se reproduce por fragmentación, lo mismo que algunas enredaderas: cada pequeño fragmento que se desprende puede dar lugar a una planta completa.